Aupa! Lo primero disculparme por no haber escrito nada nuevo estos ultimos dias, espero que gracias a la metadona hayais podido superar mi ausencia… (smailie sonriente, guiñando un ojo).
Bueno, por el titulo de la entrada podria parecer que ahora me voy a dedicar a sermonear tipo telepredicador por pueblos y ciudades… pero nada mas lejos de la realidad, ya seria lo que faltaba para dar la razón a quienes dicen que solo busco protagonismo…
No amigxs, en esta entrada quisiera referirme a la multitud de conciertos y festivales que se organizan a lo largo y ancho de nuestra geografía, (y mas alla de ella también… Eba a ver como te portas en el FIB!), sobre todo en estas fechas de primavera y verano. Da la impresión que con el calorcito y el buen tiempo??? salen festivales como margaritas en el campo, por abundancia y a veces por el modo tan silvestre en el que están organizados.
Si, porque a veces parece que es suficiente con tener una explanada donde plantar un par de carpas o escenarios, cuatro o cinco barras de avituallamiento, una decena de “letrinas químicas” y gastarse la pasta en contratar grupos de “éxito”. Si a esto le añadimos el fertilizante: multiples subvenciones, patrocinios y “abonos”, (veis como esto es igual que un prado en pleno mayo…), a precio de besugo en nochebuena, nos da como resultado miles de personas botando como locas al compas de “riffs” de guitarra o de “samplers” de “Diyeis”.
Antes de continuar tengo que admitir, y de buena gana, que yo soy uno de esas personas a las que me he referido, o al menos trato de serlo, y que me gustaría serlo mas a menudo si las condiciones fueran mas favorables, es decir si todos estos eventos cumplieran con las condiciones nminimas de accesibilidad y de respeto a los derechos de las personas con discapacidad exigidas por las leyes.
Porque, que ocurre cuando nuestra carpa no tiene rampa de acceso, nuestro escenario no cuenta con un lugar desde el que podamos disfrutar del concierto sin empujones, sin catalejos y en compañía de nuestrxs amigxs; nuestras barras de avituallamiento están a una altura desde la que solo se nos ve la coronilla y cuando nos vemos obligadxs a mear, detrás de un árbol como si fueramos canes?
En definitiva; Que pasa cuando los componentes de nuestro cultivo para festivales fatan a su compromiso con el colectivo de personas con discapacidad? Pues que nuestro bonito prado queda reducido a un un jardín urbano, con pocas flores y demasiadas “cagadas”…
Pues eso, que todo lo que he dicho es real como la vida misma y lo conocemoss de primera rueda, no…?
Tomen nota de lo que organizan Srxs Promotorxs, de lo que pagan Srxs Patrocinadorxs y de lo que subvencionan Srxs Politicxs, que al que no recoge las cagarrutas de los jardines se le puede caer el pelo…