Aficionados de primera y de tercera.


Ayer en el Pabellón Buesa Arena, la afición de Vitoria-Gasteiz volvió a disfrutar de la fiesta del baloncesto
Toda la afición? No, toda no. A varias decenas de personas con discapacidad o movilidad reducida nos hicieron sentirnos como si fuéramos de última categoría.
Explico el porqué: el Buesa Arena, un pabellón para más de 9000 personas, cuenta con una sola vía de entrada y salida accesible y un solo ascensor, susceptible de ser utilizado por todos los aficionados y además compartido con los carros de provisiones de los bares, por lo que, como todos comprenderán, las colas que se forman para entrar y salir son de agárrate y no te menees.
Esto suele ocasionar generalmente, que delante de la puerta del ascensor se formen retenciones de diez minutos para entrar, en el caso de que la llegada sea escalonada, y de media hora para salir. Solamente como regla general.
Esto quiere decir, que cuando mucha gente ya ha llegado casi a su casa, las personas usuarias de silla de ruedas, muletas, bastones, sillitas de bebe, etc., todavía no han podido salir ni del pabellón.
Pero lo de ayer, todavía fue más grave. El ascensor estaba estropeado cuando llegamos, por lo que no pudimos acceder a nuestras localidades. Cuando faltaban dos minutos para empezar, tras perder la paciencia accedimos al pabellón y nos situamos con una primera oposición por parte de los empleados del club, alrededor de la cancha. A nuestrxs acompañantes Se les quiso situar detrás nuestro, por lo que no podían apreciar nada de lo que ocurría la cancha.
Al final de un primer cuarto en el que estuvimos más temerosxs de que nos dieran con el balón o se nos cayera algún jugador encima que de disfrutar del espectáculo subimos a nuestros sitios, indicándole a la persona responsable el Presidente del club se dirigirá a nosotros ofreciéndonos disculpas por el trato recibido.
Evidentemente, el Presidente no se personó en ningún momento, tendría cosas más importantes que hacer que atender a un grupo de socios discriminados…
Alguien podría decir que esto es una exageración, pero si cada vez que hay un partido tuviera que esperar media hora para poder entrar o salir, su punto de vista cambiaria notablemente.
Esperemos que en la próxima reforma que se pretende realizar del pabellón implementen más ascensores, salidas de emergencia accesible, ya que si ocurre alguna emergencia no hay ni una sola de las vías de evacuación que pueda ser utilizada por las personas con movilidad reducida, que las localidades para personas de nuestro colectivo este integradas con el resto de espectadores y no tengamos que estar solos, en un pasillo y a merced de las inclemencias del tiempo y sobre todo, que nos empiecen a tratar con el respeto debido.
Pagamos nuestra localidad como el resto de personas y exigimos el mismo trato.

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