Una noche en el Baskonia.

2006/12/03
Una noche en el Baskonia.

Acabo de llegar del Pabellón Araba de ver el partido del Baskonia. Después de 10 años, esta temporada he vuelto a abonarme. La última temporada que acudí al Baskonia fue la inmediatamente posterior a adquirir mi discapacidad. Solamente fui a ver 2 partidos.

A las personas usuarias de silla de ruedas se les situaba en una esquina del campo, casi casi dentro de la cancha. Una vista inmejorable. Eso sí, en el caso de que se escapase algún balón, iba a tus narices seguro. Si a esto le añadimos la sensación de encontrarte en el centro de las miradas de más de 6000 personas, la incomodidad es casi absoluta. Estas fueron las razones por las que dejé de acudir al pabellón, a pesar de todo lo que me gusta el baloncesto y de ser hincha incondicional del Baskonia.

Este año, por fin, me he decidido a retomar mi afición, pero, no sé por qué, me da que tanto yo, como el resto de personas con discapacidad usuarias de silla de ruedas que acudimos a ver los partidos estamos siendo víctimas de un fraude, o por lo menos, se está conculcando nuestro derecho a disfrutar de este servicio en igualdad de condiciones que el resto de los espectadores. Esto tal vez pueda sonar un poco extraño, pero pasaré a explicar por qué afirmó tal cosa.

Cuando me empecé a plantear el volver a hacerme socio, mi primer paso fue informarme de donde se sitúan ahora los espacios para personas usuarias de silla de ruedas, ya que no estaba dispuesto a volver a encontrarme incómodo en una esquina de la cancha. Me dijeron que ahora estaban integrados dentro de los sectores de asientos como el resto de los socios, lo cual me pareció estupendo, más que estupendo, la única opción correcta. En las oficinas del club me informaron de donde estaban los espacios y realmente, en el mapita que se me mostró, el que podeis ver abajo, parecía que por una vez se había tomado en cuenta el concepto de igualdad a la hora de ubicar los espacios reservados a las personas con movilidad reducida.

Mi sorpresa ha sido que lo que en el mapita parecía perfecto en la realidad es un cúmulo de despropósitos. Los espacios para usuarios de silla de ruedas no están integrados en el sector correspondiente, sino que se encuentran detrás de la última fila, en el pasillo de los baños y las cafeterías donde también se hallan las puertas de entrada y salida. Estos espacios están totalmente segregados del resto de asientos del sector.

La idea que tienen los señores del Baskonia, debe ser que las personas con movilidad reducida acuden solas a los partidos, o como mucho acompañadas de una sola persona ya que esos espacios reservados para las sillas de ruedas no permiten tener acompañantes, a lo sumo una persona en el caso de que tu espacio sea uno de los pocos que tiene contiguo un asiento, y que éste no se encuentre ocupado. Si acudes con un grupo de amigos o amigas nunca podrás disfrutar del espectáculo en su compañía.

Esto desde luego no es estar en igualdad de condiciones. Pero no acaba aquí la cosa. Como he dicho antes, nos sitúan en el pasillo, enfrente de las puertas de acceso y salida al pabellón. Esto quiere decir que cada vez que alguien abre la puerta, la corriente te da de pleno, siendo en los días como hoy, de puro invierno, cuando más se sufre esta circunstancia. Te quedas congelado, y los últimos 10 minutos de partido ya son insoportables. La gente empieza a salir incesantemente haciendo que sufras más por el frío que por la tensión del partido.

Por si hay alguna duda, pagamos nuestro abono al mismo precio que las personas que se sitúan delante de nosotros, es decir, las que sí se encuentran integradas en el sector correspondiente. Son casi 400 euros de abono.

Si tenemos la obligación de pagar el mismo precio, tendremos el derecho a disfrutar de los partidos en igualdad de condiciones, no?

No tienen derecho a ubicarnos en el pasillo, no tienen derecho a la separarnos de nuestros acompañantes y amistades, no tienen derecho a negarnos las comodidades de las que disfrutan el resto de espectadores y sobre todo no tiene ningún derecho a tratarnos y hacernos sentir diferentes e inferiores al resto.
Espero que tanto la Diputación Foral de Alava como la gerencia del Baskonia toman en cuenta estas líneas y busquen solución a lo que a todas luces es una conculcación de los derechos de las personas con discapacidad

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